Un año más los europeos nos disponemos a votar, en España, tenemos a unos cuantos posibles representantes, pero, ¿cuántos de ellos nos han dicho qué iban a hacer o nos han asegurado todo lo que en un futuro cercano nos darían? y aún llego más allá de esos que nos han dicho lo que tenían pensado hacer, ¿a cuántos debemos creer? Se insultan unos a otros, se atacan y crean propaganda con frases poco ingeniosas, o musiquillas que son imposibles de olvidar de tanto escucharlas... Pero alguno se ha parado a pensar "¿qué quiere la gente que me rodea?", y es que a los señoritos que se sienten más importantes que el resto de la humanidad, realmente les da igual.
He votado, por correo, y tengo claro lo que quiero y a quien quiero en el poder; por eso he votado nulo, porque no qiero políticos que me digan que hay crisis en el mundo entero, quiero políticos que nos ayuden a salir de ella; no quiero a políticos que dicen que darán trabajo a los dos millones y pico de españoles en paro, quiero políticos que cojan uno a uno a esas personas y las pongan a trabajar; no quiero políticos que me vayan al tercer mundo a sacarse una foto dando un trozo de pan a un niño al que se le marcan los huesos, quiero políticos que envíen a ese tercer mundo todos los recursos que necesitan; y tampoco quiero políticos que me expliquen la cantidad de gente que vive en las calles de las ciudades de España, quiero políticos que cojan a esa gente y los meta en una casa donde puedan resguardarse del frio, donde tengan comida y donde nadie les trate como si no fueran lo que son: personas.
Cuando alguien me de todo lo que el mundo realmente necesita, votaré a un partido político, cuando se dejen de tonterías, de hablar por hablar, de insultarse por insultarse y de criticar por criticar y se centren en mejorar el mundo que les rodea votaré a un partido político, cuando dejen de gastar millones en cumplir estúpidos caprichos que no nos llevarán a ningún lado votaré a un partido político, cuando dejen de vivir ellos en condiciones mejores de las que realmente necesitan y den todo lo que les sobra a los que más lo necesitan, entonces votaré a un partido político...
Porque un día alguien me dijo que para que se den cuentan de que las cosas no se hacen así, la gente debería votar nulo; cuando nos armemos de valor todos lo españoles y dejemos de quejarnos por las obras, el paro, la crisis... y actuemos realmente como todos ellos se merecen, la justicia pondrá a cada uno en su lugar!
Aprendiz de razones [X.x.X.x.X]
sábado, 6 de junio de 2009
Arde Lucus
Lugo mira al pasado entre llamas y fuegos de artificio
El Arde Lucus atrae cada año a más gente a la capital lucense
El pasado más lejano de una ciudad bimilenaria, cada año, queda esclarecido a más personas, que durante el último fin de semana del mes de Junio se acercan a vivir de primera mano costumbres y rituales romanos y celtas.
La ciudad amurallada retrocede en la máquina del tiempo hasta el año 12 a.C., momento en que César Augusto funda la antigua ciudad de Lucus Augusti, y cuando celtas y romanos "jugaban" a conquistar y reconquistar la capital.
El Arde Lucus se viene celebrando desde hace cinco años, con pocos apoyos el primer año, cada año más gente decide unirse al gran número de lucenses que se disfrazan y participan en los distintos actos que organiza el ayuntamiento de la ciudad.
Quien acuda en estas fechas a la ciudad podrá ver reproducidas escenas de lo más variopintas, desde la conquista de la ciudad en una batalla campal, hasta las carreras de cuádrigas, pasando por un verdadero circo romano o una muy real venta de esclavos, en la que cualquier persona, que cumpla la condición de ciudadano, podrá participar. Para los más jóvenes de la casa quedan reservadas las mañanas del sábado y el domingo en la que los niños podrán disfrutar de juegos y actividades ambientadas en la sociedad romana de la época.
Durante todo el fin de semana, un mercaso (macellum) inunda la Plaza Mayor de Lugo y diversas calles del cenro; sin olvidar, los pasacalles, distintos campamentos celtas y romanos, desfiles, nombramiento del César y la gran despedida de laslegiones romanas que se disponen a conquistar otras ciudades.
La asociación cultural Lugdunum Lucus centra su actividad en esta fiesta, dedicando parte de los fines de semana del año a trabajar en trajes y complementos necesarios para presentarse al concurso que el ayuntamiento organiza, el día antes de comenzar los festejos. "Nos gusta ir de celtas, pues la mayoría de la gente se viste de romano", explica José Ignacio, representatne de la asociación, "lo peor es que desconocen que en la ciudad de Lugo, los celtas vencieron a los romanos".
Esta asociación lleva dos años presentándose al concurso, y consiguiendo el primer premio en las dos ocasiones, "y este año, intentaremos ir a por el tercer año consecutivo que ganemos el concurso", asegura José Ignacio.
Una de las partes de la fiesta qie más gusta a esta asociación,como a otra mucha gente, es el Comilonum donde todo el mundo que quiera podrá disfrutar de una comida al rededor de la muralla de la ciudad, donde se comerán productos típicos de la Gallaecia Romana.
Por último, la fiesta se cierra con la quema de la miralla, un espectáculo de luces, fuegos de artificio y llamas que caen desde lo alto de la muralla lucense, juntando, como pocas veces, a todos los ciudadanos de Lugo en un mismo espacio y con un mismo fin: ver como el César bautiza con un fuerte grito a la ciudad romana como Lucus Augusti: ¡Arde Lucus!
El Arde Lucus atrae cada año a más gente a la capital lucense
El pasado más lejano de una ciudad bimilenaria, cada año, queda esclarecido a más personas, que durante el último fin de semana del mes de Junio se acercan a vivir de primera mano costumbres y rituales romanos y celtas.
La ciudad amurallada retrocede en la máquina del tiempo hasta el año 12 a.C., momento en que César Augusto funda la antigua ciudad de Lucus Augusti, y cuando celtas y romanos "jugaban" a conquistar y reconquistar la capital.
El Arde Lucus se viene celebrando desde hace cinco años, con pocos apoyos el primer año, cada año más gente decide unirse al gran número de lucenses que se disfrazan y participan en los distintos actos que organiza el ayuntamiento de la ciudad.
Quien acuda en estas fechas a la ciudad podrá ver reproducidas escenas de lo más variopintas, desde la conquista de la ciudad en una batalla campal, hasta las carreras de cuádrigas, pasando por un verdadero circo romano o una muy real venta de esclavos, en la que cualquier persona, que cumpla la condición de ciudadano, podrá participar. Para los más jóvenes de la casa quedan reservadas las mañanas del sábado y el domingo en la que los niños podrán disfrutar de juegos y actividades ambientadas en la sociedad romana de la época.
Durante todo el fin de semana, un mercaso (macellum) inunda la Plaza Mayor de Lugo y diversas calles del cenro; sin olvidar, los pasacalles, distintos campamentos celtas y romanos, desfiles, nombramiento del César y la gran despedida de laslegiones romanas que se disponen a conquistar otras ciudades.
La asociación cultural Lugdunum Lucus centra su actividad en esta fiesta, dedicando parte de los fines de semana del año a trabajar en trajes y complementos necesarios para presentarse al concurso que el ayuntamiento organiza, el día antes de comenzar los festejos. "Nos gusta ir de celtas, pues la mayoría de la gente se viste de romano", explica José Ignacio, representatne de la asociación, "lo peor es que desconocen que en la ciudad de Lugo, los celtas vencieron a los romanos".
Esta asociación lleva dos años presentándose al concurso, y consiguiendo el primer premio en las dos ocasiones, "y este año, intentaremos ir a por el tercer año consecutivo que ganemos el concurso", asegura José Ignacio.
Una de las partes de la fiesta qie más gusta a esta asociación,como a otra mucha gente, es el Comilonum donde todo el mundo que quiera podrá disfrutar de una comida al rededor de la muralla de la ciudad, donde se comerán productos típicos de la Gallaecia Romana.
Por último, la fiesta se cierra con la quema de la miralla, un espectáculo de luces, fuegos de artificio y llamas que caen desde lo alto de la muralla lucense, juntando, como pocas veces, a todos los ciudadanos de Lugo en un mismo espacio y con un mismo fin: ver como el César bautiza con un fuerte grito a la ciudad romana como Lucus Augusti: ¡Arde Lucus!
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