sábado, 23 de enero de 2010

Buenas noches y buena suerte...

Si mañana te vas, mañana te olvido. O no. Pero nunca lo sabrás... Y pienses lo que pienses, siempre lo negaré.

Una noche más aquí viendo la estúpida caja tonta, pensando en lo bonito que sería poder estar de fiesta y no tener que madrugar mañana, echando en falta a una persona que hace años que no está... En fin que la vida de estudiante es la mejor que hay, dicen. Supongo que será verdad, no voy a llevar la contraria a tanta gente que se arrepiente de no haber estudiado, o que quiso haber acabado, o que, o que simplemente creció demasiado rápido.

Y hablando de crecer demasiado rápido, esta noche me gustaría nombrar a todos esos niños que crecen día a día en Haití, ojalá pudiera decir todos y cada uno de los nombres...Pero nunca acabaría. Ver morir a tu lado a tu padre, a tu madre, a tu hermano que tan solo tiene meses. Ser tu propio dueño con 8 años, quedar a la bondad del mundo... Buscar tus juguetes en la oscuridad, entre llantos, escombros y gente mayor que solo quiere molestar, o hacerte daño...Debe ser complicado vivir así. ¿Y nos quejamos de que todo nos salga mal? Que viva la hipocresía del mundo moderno, 'evolucionado', solemos decir... Y "que Dios bendiga a los niños haitianos, que en mi casita yo estoy bien". Que facil resulta ser partícipe en la distancia... ¿Y nos quejamos de que nadie nos hace caso?

Felicidades a ese periodista americano que decidió, mientras grababa, que debía dejar el micrófono porque a un niño le sangraba la cara. Felicidades a toda esa ayuda que está llegando, felicidades a la Cruz Roja y a diversas asociaciones que están colaborando con la recuperación del país. Y lo siento, lo siento realmente por la ONU, me da tanta lástima que la poca comida que reciban los millones de personas afectadas de parte de la Organización de Naciones Unidas, esté en tan pésimas condiciones como se ha mostrado estos días en la televisión. Lo siento mucho.

Y lo siento, lo siento mucho más porque el tema de Haití se esté dejando de lado en la boca del pueblo y esté siendo desbancado porque Karmele Marchante no puede ir a Eurovisión según indican las normas del concurso. Eso sí es para sentirlo y lamentarlo, ¡pobre Karmele! que con lo que ella tiene puede dar de comer a niños de Haiti. Sí, pobre Karmele que aun no se ha dado cuenta de que gana más si no va, que por lo menos, hace platós y pleitos, que hoy en día suenan parecido.

Y lo último que siento, es que mañana se dejará de hablar de Haití. Mañana la gente dejará de querer adoptar niños haitianos, no se levantará pensando en ellos; por que la caja tonta no hablará de lo mal que están, no hablarán de que todo se les ha acabado. Y hasta que la naturaleza nos vuelva a avisar de que Haití existe más que para ir a visitar, no nos acordaremos de esos pobres niños que ahora mismo duermen en la calle o, simplemente, se quedan sin vida...

Y, no culpo a nadie, de hecho, me incluyo; en que el siguiente post, no hablará de ellos y me habré olvidado. Como me olvidé de que en Extremadura siguen gastando el dinero en enseñar a "tocarse" a niños que ya aprendieron por sí solos...

Aprendiz de razones


Aprendiz de Razones